MARIA ZUÑIGA




Manuel María Zúñiga Rodríguez (San JoséCosta Rica16 de diciembre de 18903 de enero de 1979) fue un escultor costarricense. Maestro imaginero, autodidacta, con una participación decisiva en los movimientos escultóricos de Costa Rica, tanto en la escultura religiosa como laica, por lo que se le considera uno de los escultores más influyentes en la historia del país y uno de los padres de la escultura nacional. Fue maestro de reconocidos escultores costarricenses, incluyendo a su hijo, el famoso escultor Francisco Zúñiga.

Biografía

Es poco lo que se sabe de la vida de Manuel María Zúñiga. A los cinco años, mostrando interés por la pintura y la escultura, fue puesto a cargo de su tío José Zúñiga Valverde para que le enseñase pintura. En 1910, adquiere matrimonio con María Chavarría, con la que tiene 10 hijos. Entre 1910 y 1920, trabajó en varias imprentas, en las que aprendió litografía, tipografía y fotografía. En 1919, asiste a la escuela del escultor y arquitecto catalán Luis Llach. A partir de 1920, se dedica a la labor de escultor de arte religioso, llegando a producir más de dos mil piezas. Hacia 1940 queda viudo y se casa de nuevo cinco años después con la artesana Consuelo Jiménez López, con la que tiene cinco hijos. Entre 1946 y 1978, se mantuvo trabajando en sus dos talleres de escultura, ubicados en San Pedro de Montes de Oca y en Alajuela.
Muere en la ciudad capital de Costa Rica el 3 de enero de 1979.
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Obra

Como imaginero, la obra de Manuel María Zúñiga asciende a cerca de dos mil piezas escultóricas. En Costa Rica hay gran cantidad de templos decorados con las imágenes esculpidas por Zúñiga, siendo una de las más famosas el Cristo Agonizante ubicado en la Iglesia de La Merced, en San José. El estilo de su trabajo tiene influencia europea neoclásica, propia de finales del siglo XIX, y del barroco español del siglo XVIII, por lo que muchas de sus imágenes también forman parte de la colección de arte religioso del Museo Nacional de Costa Rica.
Sus esculturas pretenden reflejar el dolor piadoso como sinónimo de purificación. Tienen gran precisión anatómica, con cuidado en los detalles, en la policromía y el estofado en oro. En el caso del Cristo Agonizante, Manuel Zúñiga se retrató a sí mismo desnudo sobre una cruz para luego realizar la escultura, por lo cual la anatomía y las heridas del Cristo son bastante realistas. La obra de Zúñiga ha sido considerada el epítome de la imaginería en Costa Rica.
Además del arte religioso, Zúñiga también incursionó en otras técnicas como el modelado y la talla en piedra.
Entre sus obras destacan:


JOEL VITERI                                                                                 10MO

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